jueves, 20 de julio de 2017

Del poemario "Delirios"


1


Era un silencio de tú y yo.
Un silencio sin pausas,
como el mar cuando se agita en su marea.
Un cemento oscuro
desmorona el manto de luna,
donde el frío hacía pedestales
de un cuerpo inexistente.
Era el alma que flota,
como bandera de ausentes colores
y sin estrella.


3
 
Ella apareció cual virgen de manto azul,
regando con su mano un aroma de lirios.
Su pecho erguido despuntó fronteras
y en su regazo un niño llora.
¿Es ella la virgen de mi altar?
No creo.
Mi altar está lejos,
allá donde la yerba crece.

 

 
Mi altar está lejos,
allá donde la yerba crece


4

 Ya llegaron.
Lo sé por el olor que desprende la mañana.
No hay voces de bienvenidas
ni aplausos ni risas.
Hay tregua silenciosa
callada y temerosa,
como el día en que murieron las flores.
Ese día no fue mío,
tampoco de ellos.
Dicen que era el día de los que se fueron.

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